"Los terrores nocturnos son, junto con las pesadillas, las alteraciones del sueño más frecuentes que se producen en niños"
DIFERENCIAS ENTRE TERRORES NOCTURNOS Y PESADILLAS
La principal diferencia entre el terror nocturno y una pesadilla es que durante el primero, el niño está completamente dormido -aunque parezca lo contrario-. Por tanto, no reaccionará a las palabras, ni a los abrazos para consolarle, ni reconocerá a los padres. Los primeros son producidos por "la incapacidad de aligerar ese sueño profundo que se produce durante la primera mitad de la noche". Según explica la psicopedagoga Rosa Jové, los terrores nocturnos suelen aparecer entre los 6 o 7 meses de edad, cuando el bebé ya ha adquirido todas las fases del sueño.
Sin embargo, es más frecuente que se manifiesten entre los 2 y los 5 años y raramente se repetirán en la adolescencia (el sueño conforme crecemos es menos profundo).
¿CÓMO IDENTIFICAR LOS TERRORES NOCTURNOS?
Los terrores nocturnos aparecen durante las 4 primeras horas de descanso, que es cuando se produce el sueño profundo. El niño se incorpora (pudiéndose levantar incluso) agitado, en ocasiones acompañado de llantos y con la mirada fija pero sin mirar nada en concreto. Estos episodios suelen durar entre 10 y 20 minutos y al finalizar pueden quedarse dormidos o desvelarse.
Es importante matizar que esta alteración del sueño no causa daño al bebé o el niño y los niños no recordarán este episodio al día siguiente, pero si puede resultar angustioso para los padres.
Los bebés y niños de alta demanda (BBAD) son más propensos a sufrir este tipo de episodios desde edad muy temprana. La falta de descanso físico durante el día, el retraso excesivo de la hora de irse a la cama y el estrés son los detonantes más frecuentes. Algunos niños llegan a la noche excesivamente cansados, irritados e incluso acelerados a la cama.
¿CÓMO ACTUAR ANTE UN TERROR NOCTURNO?
Se recomienda no intentar despertar al niño -podría romper su ciclo de sueño- ni intentar tomarlo en brazos, en ocasiones, pueden rechazar el contacto físico. Y ante todo, actuar con tranquilidad y calma, con palabras tranquilas y caricias.
¿CÓMO PREVENIR LOS TERRORES NOCTURNOS?
El consejo de la psicopedagoga Rosa Jové es acostar a los niños descansados y tranquilos. Como se menciono antes, este trastorno del sueño se agrava con el estrés y el excesivo cansancio. También se recomienda respetar las siestas durante el día y evitar las actividades que alteran al pequeño antes de irse a dormir.
Fuente: Método Canguro
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