El pensamiento mágico es aquella idea irracional o que no tiene fundamente lógico, y que solo se basa en la superstición y la creencia de que algo puede o no existir.
Este tipo de creencias que se afirman como realidad tienden a originarse desde la infancia ya que la imaginación que presenta un niño es ilimitada y de hecho los familiares o personas con las que crecen a su alrededor suelen ser quienes inculcan este tipo de pensamiento y varios de esos pensamientos van desapareciendo con el paso del tiempo, solo que en ocasiones pueden llegar a quedar algunas ideas con ciertas distorsiones.
Las personas llegan a tener este tipo de ideas como mecanismo de defensa ante algunas circunstancias que pueden no tener una respuesta lógica y es más fácil decir que tuve un mal día por levantarme con el pie izquierdo que aceptar la realidad.
Sin embargo al ser una creencia que a veces no cuestionamos, puede tener un impacto significativo en la vida diaria ya que podemos tener conflictos por afirmar y defender algo que nosotros creemos real aunque para el resto del mundo sea algo incorrecto. Hablando tal vez de una esquizofrenia, creer que la persona puede volar, lo puede orillar a aventarse de grandes alturas, dañando su integridad. O alguna otra idea delirante que puede perjudicar a la persona que lo padece o a terceras personas.
Si durante el proceso terapéutico, el terapeuta no entiende la idea de las personas que llegan a su consulta, entonces difícilmente se entenderá como se sienten o la problemática por la que están pasando. Si el pensamiento mágico es el que está ocasionando el problema de la persona, pero si su pensamiento no está afectando entonces tal vez puedas cambiar la conducta utilizando sus ideales.
Generalmente puedes ocupar la Terapia Cognitivo – Conductual para trabajar el pensamiento mágico.
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